miércoles, 11 de junio de 2008

Que debo desaprender según el libro de Paulo Freire, Cartas a Quien Pretende Enseñar

Este texto es una breve reflexión sobre lo que debo desaprender según el libro de Paulo Freire, Cartas a Quien Pretende Enseñar. Uno de ellos es el habito de no escribir. Más que desaprender, tal vez rescatar que “El acto de escribir es más complejo y exige más que el acto de pensar sin escribir” esto dentro del ejercicio docente, es para mi una observación muy relevante, el acto de escribir va más halla de representar palabras o ideas mediante trazo, el concepto de escritura es mucho más complejo. El acto de escribir no es fácil de dominar, desde la misma reflexión como ejercicio docente, al niño le enseñamos a veces tan solo a esbozar esos trazos, la formación es una tarea que trasciende esa expectativa. A medida que vamos desarrollando competencias para elaborar los textos que se escriben en el colegio, esas páginas nos enseñan que el dominio de la escritura supone muchos aprendizajes y que el acto de escribir constituye una tarea que requiere dedicación y paciencia. La escritura como registrar una información para no olvidarla, sino también para comunicarnos con los demás y para expresar lo que pensamos, lo que sabemos, lo que sentimos y lo que imaginamos. Es la reflexión a la que invita Paulo Freire dedicación y paciencia “sin afanes”.

Otro aparte a desaprender es el tema del miedo, “La cuestión que aquí se plantea no es negar el miedo, aun cuando el peligro que lo genera sea ficticio. El miedo en sí, sin embargo, es concreto. La cuestión que se presenta es la de no permitir que el miedo nos paralice o nos persuada fácilmente de desistir de enfrentar la situación desafiante sin lucha y sin esfuerzo”. Es un gran consejo para no olvidar, y si retomamos las palabras del autor vemos como se concatenan los valores; “la humildad exige valentía, confianza en nosotros mismos, respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás”. Es seguro que debemos encontrar muchas causas y dogmas que nos llevan a ser prejuiciosos y el camino que nos señala Freire es la humildad. “La humildad nos ayuda a reconocer esta sentencia obvia: nadie lo sabe todo, nadie lo ignora todo. Todos sabemos algo, y todos ignoramos algo. Sin humildad, difícilmente escucharemos a alguien al que consideramos demasiado alejado de nuestro nivel de competencia”.

GALLIANO

El hombre humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo admira porque ha descubierto que es parte de la humanidad. Va tras otros tesoros. No está en competencia. Se ve a sí mismo y al prójimo igual. Es así de libre para estimar y dedicarse al amor y al servicio de su oficio sin desviarse en juicios que no le pertenecen. La pedagogía y la educación deben ser ejercidas con humildad, están llamadas a colaborar de carácter apremiante y fundamental con esa transformación que anhelamos, favoreciendo ambientes de reflexión, análisis crítico, ajustes progresivos y propositivos, mejores formas de actuar, de convivir con calidad, de relacionarnos con el entorno para que seamos conscientes de que el futuro de la humanidad está en nuestras manos y está por construir, que es un proceso continuo y de mejora. Esto es en parte el compromiso de todos las maestros. Es el reto necesario de educar para una ciudadanía global, nacional y local; una ciudadanía que se pronuncie en un ejercicio emancipador, solidario, dialogante y comprometido con un futuro mejor para nuestras próximas generaciones, haciendo posible a la humanidad ser viable y en mejora continua.

0 comentarios:

Para disfrutar

Play chess online!


 

blogger templates | Make Money Online